6 de octubre de 2014

Contaminación

"Repite una mentira mil veces y se convertirá en una verdad". Seguro que todos vosotros, apreciados lectores, habéis escuchado esto alguna vez. Pero ¿de dónde proviene?. ¿Y qué relación tiene con lo que está pasando?.
Casi a mediados del siglo pasado, un grupo de fanáticos intentaron someter al resto del mundo. Deseaban imponer su ideología, la nacional socialista, a toda la raza humana y no dudaron en emplear la fuerza bruta y el exterminio en su máxima expresión. Pero su mejor arma fue la propaganda y el engaño masivo para convencer a su propio pueblo de que estaban haciendo lo correcto, justificando todos los medios atroces que les ayudarían a conseguir su objetivo.
El ministro de propaganda alemán Joseph Goebbles, fue el autor de esa frase y el encargado del adoctrinamiento y la manipulación de toda la población germana. Desgraciadamente, obtuvo un éxito rotundo en la misión que se le había encomendado y sin la cual, habría sido imposible arrastrar a toda una nación hacia una guerra mundial donde murieron millones de personas. El simple hecho de repetir una y otra vez una serie de dogmas y doctrinas, disfrazándolos y tergiversándolos hasta el punto de convertirlos en una sarta de odiosas falacias, hizo que calaran en sus compatriotas como verdades absolutas conduciéndolos al desastre.
El Atlético de Madrid es un equipo violento y marrullero porque esa consigna se repite una y otra vez en los medios de comunicación. Da igual que en el campo demuestre deportividad y nobleza haciendo gala de todo lo contrario. Mientras esa propaganda siga imparable y nadie mueva un dedo, seguirá siéndolo sin que todo lo demás importe.

Digo todo esto porque es muy evidente y tangible, a la vez que muy preocupante, la cada vez más creciente animadversión y el odio hacia todo lo atlético. No sólo hacia el equipo o la insititución sinó que este odio se hace extensible a todos sus aficionados. Los últimos y desgraciados sucesos así lo demuestran y me veo en la obligación moral de denunciarlo desde la única herramienta que tengo a mi alcance. Tristemente, más de uno de nosotros, habremos sido testigos en el pasado de lo delgada que es la línea entre una agresión y un asesinato. De lo fácil que es arrebatarle a una persona su bien más preciado que no es otro que su propia vida, despojándolo de todo aquello que posee y que algún día pueda llegar a tener. De lo fácil que es que un incidente desagradable se convierta en una tragedia irreparable.

Los dirigentes del club, el señor Enrique Cerezo y el señor Miguel Ángel Gil, deberían combatir toda esta propaganda infame, toda esta basura mediática que incita al odio y que, por extensión, origina episodios violentos y peligrosos para sus seguidores allá donde vayan. Deben querellarse inmediatamente contra todos los medios y contra todos aquellos que nos difamen por puro fanatismo. Tienen la obligación, la potestad y la responsabilidad de hacerlo cuanto antes.Ya deberían haberlo hecho hace tiempo. Porque por encima de todos los intereses que puedan tener con esos medios de comunicación, deben proteger y defender a ultranza a su bien más preciado. Que no es otro que esta maravillosa afición colchonera que por el contrario si defiende su escudo y sus colores allá donde vaya. "Quid pro quo", nosotros defendemos al club y el club nos defiende a nosotros. Así debería ser y sin embargo no lo es.



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