7 de octubre de 2014

La "fiebre amarilla"



El Atlético de Madrid continúa imparable su expansión a nivel internacional. Hace tan sólo unas horas se desvelaba que el magnate chino Wang Jianlin adquirirá un 20% del accionariado del club rojiblanco. Una auténtica bomba teniendo en cuenta quién va a entrar a formar parte de la entidad del Manzanares y que hace suponer que la situación económica del club no es tan desastrosa como algunos intentan hacer creer. De lo contrario al señor Wang no se le pasaría por la cabeza invertir en un club que estuviera demasiado endeudado y no fuera rentable, porque su principal objetivo es ganar mucho dinero en todos los negocios que emprende. Su participación puede suponer un espaldarazo definitivo para los intereses del club colchonero en China y por extensión en todo el continente asiático. Algo extremadamente importante teniendo en cuenta que se trata del mercado con mayor volumen de negocio en la actualidad en lo referente a la explotación de derechos audiovisuales y "merchandising" para los equipos de la élite del fútbol mundial. Wang Jianlin nació en Szenchuan, una provincia en el suroeste de China y era el mayor de cinco hermanos. Siendo su padre un simple soldado del Ejército Rojo, sufrían para poder comer como el propio Wang ha declarado en varias ocasiones. A los 16 años se alistó en el ejército y formó parte de él hasta los 32 en plena "Guerra Fría".
Cuando ésta llegó a su fin, el ejercito chino recortó sus tropas en un millón de efectivos y Wang vio truncadas sus aspiraciones de llegar a ser general. Entonces se graduó en la universidad a distancia y pasó a ocupar un puesto de funcionario en Dailan. Con algo de dinero que le prestó un antiguo camarada, adquirió una inmobiliaria en quiebra y empezó a reformar los suburbios marginales poniendo todo su esfuerzo al servicio de la "Nueva China". Y con la aparición de la nueva clase media de su país, empezó a proveer a sus compatriotas de apartamentos, oficinas, centros comerciales, ocio, cines, turismo...

A sus 59 años el señor , Wang Jianlin es el flamante propietario de la multinacional Wanda Group, la mayor propietaria de suelo en China y la segunda a nivel mundial. Posee la friolera de 166 centros comerciales, 55 hoteles de cinco estrellas, 1247 salas de cine con más de 6.000 pantallas (de ahí el principio de la íntima amistad que le une al actual presidente del club rojiblanco Enrique Cerezo). Su empresa tiene presencia en China, Europa y América. El pasado año creó 108.000 puestos de trabajo (la plantilla actual de Wanda Group es de 539.000 trabajadores) y sus ingresos brutos fueron de 22.500 millones de dólares. Durante los últimos ocho años ha crecido un 30% cada ejercicio y el señor Wang confía que en el año 2020 facturará más de 100.000 millones de dólares, convirtiéndose en una de las 100 mayores empresas del mundo. La prestigiosa revista Forbes la define como "un gran elefante haciendo un sprint" por lo que todo el mundo piensa que su crecimiento y su expansión tan sólo acaban de empezar. También estima en 17.000 millones de euros la fortuna personal del magnate. En marzo hizo un viaje a nuestro país para visitar a los 60 niños de ascendencia oriental que tiene becados en las academias del Atlético de Madrid, Valencia C.F y Villarreal. Después de estar con sus muchachos y como el señor Wang tan sólo tiene por costumbre disfrutar de una semana de vacaciones al año, compró el emblemático edificio España en Madrid por unos 265 millones de euros. Acto seguido, haciendo gala de sus contactos con los respectivos gobiernos de los paises donde lleva a cabo sus inversiones, se reunió con la Alcaldesa de Madrid Ana Botella para terminar su agenda de auténtico jefe de Estado en La Moncloa, entrevistándose personalmente con el presidente Mariano Rajoy con la intención de retomar un proyecto alternativo de ocio al plan de EuroVegas desechado finalmente por el magnate americano Sheldon Adelson. El señor Wang Jianlin, además de ser una auténtica máquina de crear riqueza, es también un conocido y respetado filántropo y son numerosas sus obras de caridad tanto en China como en diferentes partes del mundo para ayudar a los más necesitados.

"Sabe lo que quiere", "no marea", "es muy cumplidor", "no se relaja", "quiere ser el número uno","su ambición es dejar una huella global","en China la gente se le cuadra a su paso", "va a por todas pero no entra en todo aquello que se le ofrece"... Esto es sólo una pequeña muestra de las opiniones de aquellos que le conocen. Se rumorea que Florentino Pérez le ofreció poner el nombre de su empresa al Santiago Bernabéu a cambio de unos cuantos millones, pero Wang le contestó que a él no le interesaba la fama sinó el efectivo. Así de crudo y tajante rechazó la oferta del mandatario blanco. También fue agasajado en su momento por el Valencia C.F para que comprara el club "che". Pero lo que de verdad "le pone" a Wang son "las rayas canallas" del Atlético. Se trata de un hombre extraordinario con un talento y una disciplina fuera de lo común. Su máxima en los negocios es: " ni un día tarde, ni un yuan de más". Y se jacta públicamente de su excelente eficiencia en todos sus proyectos: "Nunca hemos pospuesto un proyecto ni un sólo día", "Siempre cumplimos lo que decimos que vamos a hacer", "En los más de 100 proyectos de los últimos diez años, los costes siempre han estado por debajo de lo presupuestado y los beneficios simpre han sido superiores a los estimados inicialmente". Así es Wang Jianlin, el nuevo socio de oro del Atlético de Madrid y su futuro representante en Asia y el resto del mundo. La "fiebre amarilla" en el Atlético acaba de empezar.

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