Los amaños de Javier Tebas

Javier Tebas es el actual presidente de la Liga de Fútbol Profesional desde el 26 de abril del año pasado, curiosamente un día antes de celebrarse las elecciones, por no haberse presentado ningún otro candidato. Si bien es cierto que tenía asegurada su victoria sabiendo todo lo que sabe y viniendo de donde viene. Este oscuro y cínico personaje tiene el poder absoluto del fútbol español en sus manos. Es decir, legisla, ejecuta y juzga (el Real Murcia ha sido testigo directo de ese totalitarismo en su descenso administrativo, cuando hace unos pocos días un juez falló en contra de dos de los tres motivos que alegó el señor Tebas). Durante este año el señor Tebas se ha paseado por todo el país para promocionar su libro "El fútbol no es así", donde el protagonista de la novela (un presidente de un club de fútbol de primera división) aparece tirado en un charco de sangre y finalmente muere a manos de las mafias que rodean la competición. Les

cuento el desenlace, apreciados lectores, para que no caigan en el craso error de perder el tiempo con la hipocresía literaria de este individuo.

En sus comienzos era un asesor externo de varios clubes y cuando se producía algún concurso de acreedores allí estaba el señor Tebas para sacar partido de la situación. También asesoraba en la compra de alguno llegando a estar dos años al frente del Club Deportivo Badajoz (del 2000 al 2002, año en que lo vendió). Tan sólo dos años, suficientes al fin y al cabo para que diez años después muchos le señalen como el principal responsable de la desaparición del club extremeño. También fue el abogado del ruso Dimitry Piterman del que los aficionados del Racing de Santander guardan "tan grato recuerdo". En el año
2001 fue elegido vicepresidente de la LFP y desde entonces ha sido ilustre y pasivo espectador de todos los escándalos ocurridos en nuestro fútbol. En el año 2003 fue el encargado de negociar los derechos televisivos del G-30 (los clubes de 1ª y 2ª División que se unieron para negociar sus derechos audiovisuales de forma conjunta) obteniendo un "notabilísimo éxito" en su gestión. La prueba fehaciente es la desaparición de varios de ellos. En el escándalo, por citar uno entre tantos, del último partido de Liga de la temporada 2006/2007 entre el Athletic Club de Bilbao y el Levante, el señor Tebas no tenía ningún interés en denunciar corruptela alguna. Y menos aún si se trataba del equipo predilecto del presidente de la Federación Española de Fútbol, el señor Ángel María Villar. Los amaños que persigue el señor Tebas son "a la carta" y si a alguien no le gustan sus principios, tiene otros. Tampoco es de extrañar que la LFP perciba la mitad que la Premier League inglesa en concepto de derechos audiovisuales con este sujeto en el cargo.

Este señor también es el que, haciendo gala de un cinismo exacerbado, afirmó que el Atlético de Madrid debería darle las gracias por hacerle jugar a las diez de la noche cuando el equipo colchonero debía partir hacia Mónaco al día siguiente para preparar

la Final de la Supercopa de Europa frente al Chelsea F.C. alegando que, tratándose de fechas veraniegas, los jugadores estarían más frescos. También afirma que lucha por un reparto televisivo más justo y equitativo para los equipos más débiles. Sus declaraciones públicas así lo demuestran: "La LFP debe trabajar en mejorar nuestros ingresos audiovisuales y hacer un reparto más equitativo. Pero a ver cómo los vamos a repartir... Porque quizás no solucionemos el problema de la deuda y en cambio se puede poner en peligro que Madrid y Barcelona tengan grandes estrellas... Y ya me contará si vendemos nuestros derechos a nivel internacional al mismo precio sin estas estrellas." O en las redes sociales con un "tweet" dónde dejaba claras sus preferencias por una Final de Copa del Rey entre el equipo blanco y el F.C.Barcelona: "Yo no digo que no sea magia, pero ¿dónde hay más magia? En una final que ven 14 millones de personas? O en una que la ven 4?. El que no lo vea es tonto" (Atlético y Real Sociedad eran los equipos que hubieran proporcionado "menos magia" a la final. Como bien afirma en su libro el señor Javier Tebas, el fútbol no es así. Pero mientras él siga al frente de la LFP, existe un riesgo notable de que se le asemeje demasiado.